Deben realizarse, como mínimo, cuatro controles al año, para verificar la presión, el nivel de carga, el estado del puesto y su dotación total. A cada extintor se le coloca una estampilla de certificación de calidad IRAM, indicando la fecha en que se realizó el control.
En caso de que el equipo no se encuentre operativo, se lleva a la planta para repararlo sin costo adicional.
El cumplimiento de este servicio es obligatorio, según las mismas leyes y normas que rigen la recarga de los matafuegos.